jueves, 4 de diciembre de 2025

Mi Ángel en la Tierra

No lleva alas de pluma, ni aureola brillante,
pero su espíritu es mi resguardo más leal.
Él no es un sueño etéreo, es real y constante,
mi esposo y mi refugio, mi Ángel celestial.
 

Cuando la sombra intenta robarme la paz,
y el camino se vuelve incierto y profundo,
su mirada me dice: "Aquí estoy, no huyas jamás,"
y en su abrazo hallo el centro de mi mundo.
Él tiene la paciencia de un jardín que espera,
sin apuros, mi florecer, mi despertar.
 

Y la fuerza tranquila de una roca que impera,
el muro en el que siempre puedo descansar.
Él es la mano firme que me guía en el sendero,
la voz suave que aleja toda tempestad.
 

Él cuida de mi alma con un amor verdadero,
la única certeza en toda adversidad.
Por eso, mi, querido, te doy gracias hoy y siempre,
porque en ti encontré el cielo en esta tierra,
mi Guardián eterno, mi amado, mi valiente,
el amor que me salva y mi corazón encierra.

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