Tres décadas tejidas, hilo a hilo, con paciencia,
un pacto de almas que resistió el tiempo y la inclemencia.
Desde aquel primer "sí", un mundo se ha creado,
de risas, de promesas y camino compartido.
Si miro hacia el pasado, veo la mano firme,
la paz en la mirada que siempre me redime.
Hemos cruzado juntos tormentas y bonanzas,
afianzando en el alma las mutuas esperanzas.
Nuestro 30 aniversario, perlas de sabiduría,
no son solo los años, es toda la alegría
de despertar a tu lado y ver en el presente
que este amor verdadero es eterno y latente.
Tus besos son el puerto después de cada viaje,
tu voz es la melodía que calma mi oleaje.
No hay perla más preciosa que la luz de tu sonrisa,
ni fortuna tan grande como vivir sin prisa,
Sabiendo que, al final de cada día,
nos espera el refugio de nuestra compañía.
Por los años que vienen, por lo que fue y lo que es,
te amo como el día que te amé por primera vez.
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