En un momento de calma

En un momento de calma, de íntima quietud,
te ofrezco un espejo de amor y virtud.
Acércate un poco, sin miedo, sin prisa,
y entiende el secreto que mi alma divisa.
 

Te propongo que mires mis ojos; en ellos verás tu reflejo,
una imagen nítida, sin mancha ni añejo.
Verás tu esencia pura, tu luz y tú ser,
la misma alma gemela que me hace querer.
No busques en espejos de fría materia,
pues solo en mi mirada tu ser se aterra.
 

Ahí reside tu forma, tu risa, tú calma,
eres parte de mi vida, eres mi alma.
Mis ojos son el lago donde tu imagen descansa,
donde nuestra existencia florece y avanza.
Mírate en mi amor, mírate en mi pasión,
y comprende que somos una sola razón.