En cada conversación, en cada mensaje, en cada recuerdo
compartido, hay una chispa que enciende la conexión entre las personas.
Cada palabra intercambiada, cada risa compartida, se convierte en un ladrillo
que edifica una historia única.
Estas interacciones, por pequeñas que sean, forjan lazos
profundos que perduran en el tiempo.
A medida que los momentos pasan, llevamos con nosotros
esos fragmentos de vida que nos han marcado,
recordándonos la importancia de la comunicación y él
entendimiento en nuestras relaciones.
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