En mi camino solitario, las nubes melancólicas me seguían.
De pronto, la calurosa brisa de la noche abrió el cielo y me alumbró el sereno
y templado claro de la luna.
En aquel momento nos conocimos, y nuestros corazones dieron un vuelco...
Andamos, paseamos, deambulamos, conversamos, y nos elevamos a planetas desconocidos.
Mojados por la luz de la luna
Estaba claro, lo presentimos.
Eres el brillo de luna…
En este momento doy gracias a que te he encontrado.
Marcharemos unidos, de la mano, bajo la luz brillante de la serena luna...
Para Jorge, mi rayo de luna
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