Tu ausencia anunciaba el inevitable silencio la dulce y tierna, despedida, besándome, tus palabras tiernas, no lograron que mi corazón se tranquilizara, fueron como un puñal clavada sin poderlo remediar.
Y una sombra cubrió mí alma.
La luna, que nos acompaña en nuestros paseos románticos, se preguntará donde esta
Te amo y eso es verdad; esperare a que regreses porque nuestro amor no es, fácil de olvidar; pero escribiré poemas como prueba de mi amor.
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