Cuando los maizales danzan al son del viento, tú estás allí,
en ese movimiento encadenado
Cuando mi cabeza reposa sobre la almohada y acomodo
mi cabello en un gesto habitual, tú estás allí, en esos pensamientos
que descansan, que te extrañan, que miden un día más sin ti.
Cuando dos colores se unen en una ráfaga de luz, tú estás allí,
tu perenne al paso del tiempo eres inquebrantable y te une al azul
del mar, formando una única piel inalterable, imperecedera.
Cuando la suave luz de una vela perfumada se libera,
se amplía y expande en el espacio.
Tú estás allí, en esa llama apasionada.
Siempre estás, aún, cuando no lo sepas
Siempre estás.
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